Valores como el esfuerzo, la humildad y el respeto son fundamentales en el desarrollo de los niños. La historia de Rafael Nadal, y de cómo fue educado por su familia, nos puede ayudar a transmitir estos valores.
Infancia: los primeros años de un Campeón
Rafael Nadal nació en Mallorca, España, y desde muy pequeño mostró una increíble habilidad para los deportes. Destacaba mucho jugando al fútbol, y no es de extrañar, porque lo llevaba en los genes: su tío Miguel Ángel jugó en la selección española de fútbol. Sin embargo, el que se convertiría en el deporte de su vida fue el tenis. Entrenado por Toni, otro de sus tíos, Rafa empezó a derrotar a niños más mayores que él, y a ganar trofeos.
Sin embargo, la educación que recibió de su familia en esta etapa siempre fue mucho más allá de lo deportivo, priorizando los valores personales sobre la competición. Su tío Toni ha dicho alguna vez: “Si eres buena persona, es más fácil que la vida te vaya bien. Si te esfuerzas y eres exigente, es más fácil que la vida te vaya bien».
En su niñez, con la imprescindible brújula de su familia, se sentaron las bases de los valores que acompañarían a Rafa toda su carrera y que le harían llegar al corazón de tantos millones de personas.
Carrera: conquistando el mundo del Tenis
Rafa irrumpió en el circuito profesional con una fuerza que pocos esperaban. A los 18 años ganó por primera vez Roland Garros, el torneo más prestigioso del mundo en tierra batida.
Sin embargo, ese mismo año, Nadal fue diagnosticado con el síndrome de Müller-Weiss, una enfermedad degenerativa que afectó al escafoides de su pie izquierdo, causando dolor crónico y deformidad ósea. Le dijeron que no podría seguir siendo tenista profesional. Hoy, con 22 torneos de grand slam en su haber, sólo podemos asombrarnos ante una carrera marcada por múltiples desafíos físicos y lesiones, pero más aún por una resiliencia, una ética de trabajo y una determinación prácticamente sobrehumanas.
Esos valores, moldeados desde niño por su familia, fueron plasmados en las pistas de tenis de todo el mundo, en cada partido, durante más de 20 años.
Cómo entender si no su victoria sobre la hierba de Wimbledon en la épica final de 2008 frente a Roger Federer. Federer, el mejor jugador de todos los tiempos sobre hierba, le había derrotado en el mismo escenario los dos años anteriores. El juego de Rafa se adaptaba peor a la hierba que a otras superficies. Pero Rafa se sobrepuso a esas y otras dificultades en aquel partido, que se extendió hasta la noche, y que muchos consideran el mejor de la historia del tenis. Su imagen abrazando a su familia después de escalar hasta el palco, con los flashes de las cámaras en la oscuridad de Londres, es imborrable.
Más impresionante si cabe fue su legendaria remontada en el Open de Australia de 2022. 17 años después de empezar su batalla diaria contra el síndrome de Müller-Weiss, con pies, rodillas y espalda machacados por las lesiones, Rafa llegó sorprendentemente a la final del torneo. En ella se encontró con el formidable Daniil Medvedev. El ruso, casi 10 años más joven que Nadal, se adelantó 2 sets a cero y consiguió un break en el comienzo del tercer set. La Inteligencia Artificial dictó sentencia: Medvedev tenía un 96% de posibilidades de ganar el partido. Pero Rafa luchó, punto a punto, golpe a golpe, hasta darle la vuelta al partido y dejar incrédulos a su rival y a millones de espectadores de todo el mundo. Fue su penúltimo Grand Slam, y quizás el que mejor defina el carácter de Nadal
Valores: la verdadera grandeza de Nadal
Pero debemos dejar de fijarnos en los éxitos tenísticos y entender que los valores estaban ahí, en la persona, y se han mostrado de igual manera tanto dentro como fuera de la cancha. Porque esa voluntad de hierro en la pista iba de la mano con la humildad y el respeto que demostró desde su niñez. Respeto por el juego (jamás rompió una raqueta), respeto por sus rivales, y respeto por todas las personas con las que se fue cruzando en centenares de torneos: recogepelotas, árbitros, conductores, aficionados…
Y es precisamente respeto lo que se lleva de vuelta a su casa de Mallorca. Respeto de sus mayores competidores, Roger Federer y Novak Djokovic. Respeto de otros grandes deportistas, desde Serena Williams hasta Lebron James, pasando por David Beckham. Y respeto de millones de aficionados de todo el mundo. Una auténtica inspiración para niños y niñas de cualquier rincón del planeta.
Actitud y Familia
Si tuviéramos que escoger una sola palabra para definir a Rafa Nadal, esta sería “actitud”. Cuenta el propio Toni Nadal que siempre insistió en decirle: «Rafael, la cara es el espejo del alma. Una persona que tiene ilusión nunca pone mala cara«1. A lo largo de los años, Rafa se ha enfrentado a todo tipo de retos: lesiones, derrotas, momentos de incertidumbre, problemas personales y seguramente muchísimas otras cosas que quedaron en su esfera privada. Nunca se rindió, nunca dejó de trabajar, y nunca dejó de tener ilusión por superarse. Tampoco hizo nada por ocultar sus emociones, o por intentar parecer que no era una persona normal, con todo lo que ello conlleva. Así, sin dobleces ni vanidades, fue a por todas en cada partido, en cada entrenamiento y en cada pelota. Su vida es un gran ejemplo de cómo la actitud te puede llevar al éxito. Quizás sea el mejor ejemplo de toda la historia del deporte.
Nada de esto se entendería sin su familia, el pilar fundamental de su vida. Desde niño, Rafa ha recibido apoyo, ejemplo y exigencia a partes iguales. Los resultados de esa educación están a la vista. Para entender lo que esto ha significado para él, recomendamos ver el video que preparó para comunicar su retirada: se puede comprobar de primera mano el profundo amor y agradecimiento del deportista hacia sus padres, tíos, hermana, mujer. Seguramente ese sea el mayor éxito de la familia Nadal.
El Futuro
Una vez retirado del tenis profesional, Rafa seguirá abriendo camino con dos grandes proyectos de vida: la Fundación Rafa Nadal, que trabaja para mejorar la vida de niños en situaciones vulnerables, y la Rafa Nadal Academy, un centro internacional de formación para jóvenes promesas del tenis.
Estamos seguros de que, con su trabajo y sus valores, conseguirá impulsar la vida de miles de niños y jóvenes, y un impacto positivo en la sociedad en general.
Gracias y hasta pronto, Rafa
La increíble trayectoria de Rafa Nadal, y sus valores personales, han dejado una huella imborrable en el deporte y en la vida de millones de personas. Mientras continúa inspirando a nuevas generaciones, Rafa es la demostración de que la verdadera grandeza no se debería medir en trofeos, sino en el impacto positivo que dejamos en quienes nos rodean.
Muchas gracias, Rafa.
*Desde Happy Learning hemos preparado con mucho cariño este video para intentar transmitir, a todos los niños que nos ven, los valores de Rafa Nadal:
1. «Todo se puede entrenar», Toni Nadal, editorial Alienta, 2015, p.65.