La música en la Educación
A menudo surge el debate sobre la conveniencia o no de la música en la educación. En un tiempo y un país donde lo más frecuente en educación es que una ley se geste y se diluya cada cuatro años, es muy probable dejar de lado auténticos debates que merecen toda nuestra atención y que sí son de reflexión casi obligada. Uno de estos debates que siempre ondea encima del mundo de la educación tiene que ver con la implementación y la enseñanza de la música en la escuela
¿Es necesaria la enseñanza de la música en la escuela? ¿Debería dejarse esta rama de la docencia para las actividades extraescolares? ¿Imaginas un mundo sin música? ¿Cuántos grandes músicos se han gestado en las escuelas gracias a un maestro? Es probable que ante las preguntas que te acabo de formular hayas puesto ya la respuesta en tus labios. Pero para vamos a ver varios argumentos que ayudarán a reforzar tu postura.
Es obvio que la música es vital y esencial en el desarrollo de las personas y sobretodo en la activación de la inteligencia de las mismas. Son varios los estudios que demuestran que la música tiene una acción directa y un efecto más que notorio en el desarrollo de la personalidad y también en el desarrollo cognitivo de los jóvenes estudiantes. Algunos científicos han encontrado incluso relación entre el aprendizaje de la música y el desarrollo de actividades esenciales como el aprendizaje del habla, la escritura o incluso la adquisición de algoritmos y numeración. Todo ello se debe a la activación del hemisferio izquierdo, encargado de todas estas facetas. La música tiene un efecto de estimulación hacia el mismo.
Uno de los estudios más feacientes en la materia es el realizado por Rauscher y sus colaboradores de la Universidad de California en 1993. Conocido como el ‘efecto Mozart’ se demostró que los niños a los que se exponía 10 minutos con música de Mozart demostraban tener un coeficiente intelectual más elevado y mejoraban sus habilidades visuoespaciales y cognitivas.
Beneficios de la música en la educación
Pero pongamos ahora el acento en lo positivo y lo beneficioso de la música en la educación en los niños y las niñas.
-La música es una forma de expresión en sí misma ¿Cuántas personas no saben expresar con palabras lo que sí saben decir de manera excelsa gracias a la música?
-La música influye directamente en el desarrollo intelectual del niño y en su crecimiento cognitivo, lo cual nos ayudará en la adquisición y competencias matemáticas y lingüísticas.
-El terreno del esfuerzo, la constancia y la perserverancia también se ven claramente afectados por la música. Es manifiesto que la música y sobretodo su progreso en ella precisa de todas estas cualidades; cualidades que se trenzan de manera intrínseca en el desarrollo del niño o niña en todo el proceso de escolarización, todos ellos valores básicos.
-La música nos hace extremadamente felices. Pocas veces podréis ver una criatura más feliz que cuando está bajo los efectos de la música. No dudéis que, gracias a este hecho todo ello tiene también una incidencia muy positiva en la autoestima y la imagen que se tiene de uno mismo. Finalmente, será también normal sentenciar que la música también viene a ser un anti estresante puro. Igualmente cierto es que hoy en día la modernez de la asignatura y sobretodo el perfil profesional de la mayoría de maestros ayuda a que la música en la escuela más que un entretenimiento y que los niños esperan con ansia en sus horarios de clase.
-Uso de las nuevas tecnologías. Además, es cada vez más fácil integrar nuevas tecnologías y tic para la implementación de la asignatura. La proliferación de programas, apps, soportes y recursos ayudan, y mucho, en el factor motivador que ostenta una asignatura obviamente esencial en el currículum de las etapas infantil, primaria e incluso secundaria.
El hombre es un animal musical y la principal prueba de ello ocurre ya en el vientre de la madre. Está desmostrado científicamente que un niño o niña puede recordar una melodía o un tono que la madre le cantaba cuando ésta estaba embarazada. Tales recuerdos pueden incluso durar un año.
Es evidente que las formulaciones y reformulaciones de las últimas leyes de Educación no ayudan a conciliar y enfriar este debate. Es más, podríamos incluso concluir que lo que se desprende de estas últimas legislaciones -sobretodo si tenemos en cuenta el tiempo del horario que se destina a tal efecto en el currículum de primaria y secundaria- es que los ministros legisladores no son muy amantes de la impartición de esta asignatura en la escuela. Y es esto precisamente el principal argumento para sostener que la música debe continuar adelante ¿quién sabe si entre los alumnos está el futuro Ministro de Educación?