La contaminación de los mares
Hoy me he levantado especialmente triste. ¿Sabéis por qué? Porque he soñado que la contaminación de las aguas aumentaba y todos los seres vivos que habitan en mis mares, en mis océanos, en mis ríos, en mis arroyos, desaparecían.
Y, aunque ha sido solo un sueño, os puedo asegurar que si no se dejan de contaminar las aguas, en poco tiempo, este triste sueño se hará realidad.
La contaminación del agua me preocupa muchísimo, y más aún, si tenemos en cuenta que tres cuartas partes de mi superficie está cubierta por ella. Aunque me llame Tierra, si me vierais desde el espacio, os parecería que soy más bien de agua.
El agua no es un basurero
Todo el mundo sabe que el agua es muy importante para los seres humanos, para las plantas, para los animales. Sin el agua no podríamos vivir y, a pesar de eso, se sigue contaminando.
Los seres humanos arrojan en el agua bolsas de basura, botellas, muebles… como si fuera un contenedor en el que poder deshacerse de todo aquello que no quieren.
En los hogares se tira por el desagüe cualquier objeto o líquido, y esas aguas residuales transportadas en tuberías, al igual que los productos químicos que las fábricas vierten, acaban en mis ríos o mares.
Otro gran enemigo del agua que cubre mi superficie es el petróleo. ¡Nos os podéis ni imaginar el daño que le ha hecho a mis mares y océanos! Los hundimientos de barcos o el de los contenedores que lo transportan han provocado grandes catástrofes, que solo el paso de los años podrá curar.
Acabar con la contaminación es cosa de todos
Pero con esto que os cuento no quiero poneros tristes, ya que por muy malas o complicadas que parezcan las cosas siempre hay una solución.
Además, estoy segura de que si me ayudáis, entre todos y todas conseguiremos que mis aguas vuelvan a estar limpias y que los seres vivos que en ellas habitan estén a salvo.
Una forma en la que puedes contribuir es recogiendo tu basura el día que vayas de excursión y nunca echarla a la playa o al río. Otra es no tirar aceite u otros líquidos, como pintura, por el desagüe. Además, podemos animar a nuestros familiares y amigos a que ellos también mejoren sus hábitos y empiecen a pensar más en la importancia de acabar con la contaminación del agua.
Cuidar el agua es cuidar la vida
Ser la Tierra es una gran responsabilidad, y necesito de la ayuda de cada uno de vosotros y vosotras para poder estar sana. Si cuidáis mis aguas, también cuidáis los animales, los bosques, cuidáis a todos los seres vivos que habitan en mí. Estoy segura de que entre todos vamos a conseguir que mi triste sueño no se haga realidad.